8 nov 2010

Cenote mexicano

Cuando la voluntad abandona la mente, el placer del cuerpo gana. Sólo entonces los dedos se hacen sabios para recorrer la cara interna de los muslos, los escalofríos tiemblan y queman los espasmos fugaces.
Un tono de voz susurra, el otro da órdenes que son cumplidas en un suave movimiento. El sendero caminado con la punta de la lengua es deshecho a lametones. La lengua se sumerge en un cenote húmedo.



Sibila

11 oct 2010

Mi bulevar

Gracias a un ex he conocido a Yolanda, su 1,73 de cuerpo rubio y ojos oscuros no fueron decisorios.  ¡Bendito intercambio de parejas, querido ex te ha salido perfecto sobre todo para mi!
Lo mejor de estar con Yolanda es que al final no existe la obligación de acabar ni de fingir el acabado porque es tan bueno el recorrido que su sensualidad ya hace de mi una avenida larga, que quiero siempre prolongar. Sus dedos sabios saben caminar por ambas veredas de mi bulevar.



Hoy es el día de la autorrealización personal. Ojalá nos viera nuestro ex en nuestra cama, me pregunto qué sentiría, si envidia o un ataque de depresión autodestructiva maldiciendo su escaso riesgo vital.
Sibila

31 ago 2010

Holidays

Vacaciones, playas y tesoros. Mi mejor tesoro es mío me gusta invitar a piratas a descubrirlo: cortina blanca y pesada, luz del día, sin más vistas que el agua azul desde la azotea, sin más ropa que su piel morena sobre la mía. Galopando ambos, cabalgando las horas.



Aún tengo su sabor en mi lengua.
Sibila

20 jul 2010

Calvos

MMM…esa forma que tienen los calvos/rapados de acariciarse la cabeza.


Busco el calvo que me gusta en la terraza, con una cervercita, lo observo, lo escaneo y lo fundo con los ojos. Si quiere él sólo tiene que seguirme el juego, podemos acabar muy bien.
El último estuvo más que bien.
Cabiria

3 jul 2010

Quedada



He descubierto un lugar donde no nos graban, entre las puertas cortaincendios. Te espero en la planta 6, salida izquierda.
Cabiria

30 jun 2010

Venecia

Estuvo bien anoche, yo conocía la zona de los pinares de Venecia pero y tú?. Tampoco era tu primera vez en esa oscuridad verde donde se aprende a ver con las manos y a desvestir con los dientes.
Tu cabeza hacia atrás, yo mordiéndote el lóbulo, tus pendientes tintinean expandiendo tu olor y tu calor, el perfume dulce de Dior invade el mini coche, teníamos el espacio suficiente para descender hasta el botón de la lujuria.
Fue tuya la idea de ir allí o sugerencia de tu compañera de piso? Querría venir en el próximo encuentro?.
Sibila

23 may 2010

Café

Todos los días veo tus ventanas, cerradas, ya no estás ni estamos dentro. Las vistas desde tu habitación eran horribles pero la cama la hicimos tan confortable que echo de menos el desayuno sobre ella. Quiero tu café.


¿Me lo prepararías si me planto un día a la puerta de tu casa?, ahora estás más delgada y creo que me volviste la cara para no coincidir en la calle. De esto hace varios meses, y desde entonces tu imagen sigue fija en mi retina.
Las ondas de tu cuerpo, tu perfil, tus jerséis de pico que te hacían un escote, para lamerte. La calidez de tu piel, el pelo fuerte y oscuro enredado en mis dedos, tu perfecto culo a la puerta del frigorífico, el yogur con miel, la miel en mi boca, el yogur en tu ombligo. Así cada mañana bajo tu ventana y yo sin desayunar al trabajo.
Sibila

14 abr 2010

Habanos

Yo no esperaré a que vuelvas de fumarte un espléndido puro, no seré la obediente sentada en el restaurante.
Llamaré a un taxi, recogeré mis cosas, y recibirás de mí este sms: “cuando yo disfrute de un habano no será entre mis dedos, no me llames”.
Cabiria

26 mar 2010

Sííí, ex-ex-ex

Yo me estremezco, tú te estremeces, él se estremece, nosotros nos exxxxtremecemos.

Sibila


28 feb 2010

Cena ibérica

En una de mis concurridas cenas: tu pie sobre el mío, mi tacón en tu pierna, después la puntera de mi zapato casi asomaba a la vista de los comensales. Me quité el zapato para sentir sin obstáculos el ibérico manchego habitante de tu pantalón.


Se acabó el pan en la mesa y fuiste a la cocina a cortar más, yo servía las cintas con crema en una fuente. Tu baguette apoyada en mi culo estaba caliente y tersa, casi se podía escuchar el crujido de los botones intentando reventar. Después hubo otra excusa para regresar al frigorífico, olías fuerte como el queso, con sabor intenso a pescado. Yo llevaba el vino con aguja, lo compro siempre para ver ascender las burbujas, como la gaseosa sentía mi interior en ese momento.
Volviste por la olvidadiza chaqueta y fue una lástima tener que sustituir mi vibrador por tu furia enérgica. La mesa aún tenía el mantel con las manchas de vino habituales de las cenas y envoltorios arrugados de bombones.
Hacía tiempo que no me comían un bombón de mis labios.



Sibila

11 ene 2010

De menú

Sin ganas: arriba, pezones, labios. Abajo: mirar techo. Otra vez arriba: te duele la espalda. Ahora abajo: rincón de la lámpara. 
Cabiria


4 ene 2010

Tacones

Me ponen los tacones, las piernas largas interminables, las medias finas y las faldas breves.
Las caderas se contonean rítmicas, aunque por prescripción facultativa los tacones deberían estar prohibidos, lo sé pero no conozco varón –facultativo tampoco, mmmm, buenas horas las de guardia en los hospitales- que se resista a las alturas de un taco alto. Y más subiendo escaleras cuando la costura central de la falda abre a la imaginación la línea casi invisible de la intimidad.
Enemigas de los tacones son las aceras y su maldita superficie irregular. En esta ciudad es fácil suicidarse desde unos tacones sobre pavimentos tan variados como los estilos de depilación de pubis que conozco del lugar al que yo acudo. Las aceras que piso tienen forma de chocolatinas, o monedas, o triángulos, o con sobrerrelieve…qué mente pensante elige esta superficie?. Si la elección llegara desde una mujer sería una crueldad de género.
Propongo un grado más de inteligencia sensual haciendo de las aceras lisas de asfalto una auténtica pasarela de tacones, donde el péndulo de las caderas oscile con los hombros al compás, la cabeza erguida, el cuello suave ascendiendo hasta el lóbulo.
Mi ánimo lineal acaba de venirse arriba.
Sibila