14 abr 2010

Habanos

Yo no esperaré a que vuelvas de fumarte un espléndido puro, no seré la obediente sentada en el restaurante.
Llamaré a un taxi, recogeré mis cosas, y recibirás de mí este sms: “cuando yo disfrute de un habano no será entre mis dedos, no me llames”.
Cabiria