29 feb 2012

De compras

Compramos a la misma hora para perseguirnos por los pasillos del súper.
Sé que compra para dos, pero él sigue mi ajustada falda hasta el arcón del frío. Nos volcamos a por el mismo paquete y chafo mi escote sobre su brazo. Pasa por detrás, el pasillo es tan estrecho que es inevitable empujar mi apretada falda a su abultado pantalón.



3 semanas, no se pudo prolongar más este dance urbano dentro del supermercado. La tercera me ha seguido a casa cargado con sus bolsas sin abrir la boca ninguno de los dos. No llevar ni tanga desprende un atractivo irresistible para el tren inferior de los tíos.
Llamo al ascensor, se abre la puerta y entro la primera. Ya dentro elevo mi rodilla hasta sus huevos y él desliza su mano por encima de mis tetas. Podría correrme allí mismo.
Cabiria

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