Uno, dos y tros

Intuyo que ahora en la pareja somos tres: ella, su lucha interna y yo. Su lucha interna es un varón, claro, potente en todos los sentidos y cuyo recuerdo no la suelta.
Recuerdo a JV que jugaba a dejarme a medias y yo a extasiarle a él. Muchas veces se despertaba acalorado, no era necesario saber cuántos grados había fuera del cuadrilátero de las sábanas, en el ring mis piernas se pegaban sudadas con su mano entre ellas, mis pezones apuntando a la luna, mí línea púbica fina, su sexo al lado reponiendo fuerzas para el siguiente asalto.
A la mañana siguiente él bruncheaba un steak-tartare y yo tomate fresco, de acompañamiento wine and gin-tonic.
La siesta abrasaba de nuevo, mi ingle quedaba carbonizada con el roce de su perilla en mis labios. Más el dolor gustoso dejaba paso al placer.

Sibila
Yo también me acuerdo: su berenjena tersa y morada quedaba rodeada por dos ciruelas. Nada hay más gracioso ni degradante para un tío que decírselo así de claro.

Poker

Nos veremos hoy en el strip-poker?
Cabiria

Aroma táctil

Si las yemas de mis dedos tuvieran papilas descubrirían el dulzor de su piel, se me hace inexplicable describir cómo se dilata cada poro para dejar penetrar su aroma abierto a la claridad. Dentro del probador el espejo devuelve su boca entreabierta y su mirada profunda, de un azul abisal.  El vestido le quedaba de maravilla, sólo yo pensaba en quitárselo.
Ella es mi lotería.

Durante su ausencia vi varios pornoshows decepcionantes y mientras en la pantalla se comían unos a otros yo me regalaba alguna caricia vaginal: un final casi feliz.  Necesitaba tocar, desmenuzar su boca, acariciar la seda de su pubis, olerla.
Cuál es el límite de días sin sexo? Tres? Siete por enfermedad con fiebre? Diez de viaje?
Sibila

Come in

Cuando llegues tienes café en la cafetera y el termo caliente intacto. Hay toallas limpias en el armario del pasillo. Te esperaré en la cama, sin nada, con luz tenue y música. Si estoy dormida deslízate dentro de las sábanas, sin decir palabra, que tus manos me alcancen, que tu aliento caliente mi nuca, tus dedos asciendan por mis curvas reptando por las colinas de mis caderas. Lamerás hasta hundir tu nariz en mi valle tropical.
Aceptaré tu llamada, desearé tu empuje. Una y otra vez, y otra y otra más.

Cabiria

Pasado cercano

Yolanda persiguió  algún militar que la desflorase, quizás buscando que le gustara. No hubo suerte. Fue una cadetera más. Así se hubiera llamado en Zaragoza.
Salía a cadetear, y cualquier rapado que parloteara con otro acento le servía,  cualquiera que oliera a recién duchado y rapado escrupulosamente. Ella llevaba la raya del ojo por fuera y los labios también. Aún no sabía usar el kohl.

Los rapados bebían rápido haciendo que el alcohol subiera deprisa. Varias metidas de mano en un portal, dos empujones y una sacudida larga en el wc. Así le fue a Yolanda, así he recompuesto yo su pasado, que intenta superar con silencios.
Durante meses me impidió que la agarrara de las caderas, ¿reminiscencias de qué?

Cuando la conocí su pecho vibraba debajo de una camisa negra brillante. Pensé que debía yo sacarla de aquel taburete, apartarla de los tíos que se la follaban y pulir su armadura de la Europa del Este. Me metí 40 euros en la nariz y me lancé al rescate.
Fueron muchas horas tomando café haciendo que su dedo alcanzara la posición erecta, orgullo de clase.
Sibila

Presente

Esta mañana me quedé observándola abrir la cama y aparecer desnuda debajo del plumas. Se oía el agua corriendo en el plato de ducha después de acariciar su piel clara de aloe vera, simple y suave. El espejo empañado desdibujaba su silueta brillante, lindo culo, su torso arqueado hacia delante y la luz de la ventana dando tridimensionalidad a sus piernas. Ella continuó su ritual de leche corporal.

- Como un pastel, a dentelladas.
- Quédate ahí, no tengo tiempo ahora.  Llego tarde.
Sibila

Pasado lejano

Yolanda volvió, sí pero ha tardado semanas en llamarme, estoy convencida de que ha sufrido un lavado de cerebro, de programación doble y super aclarado.
Supongo que trajo incluso olor a abono y un crucifijo pequeño entre la ropa. Oh, Dios y a quién me puedo quejar? Ella y yo que habíamos alcanzado la tech pura.
Llega no sólo desde un puñado de cientos de kilómetros sino desde bastantes décadas atrás, de ese país donde la leche es tan natural que se pudre en los baldes al borde de las carreteras.
Yo le digo y me digo que todo lo pasado fue peor, siempre. Punset dixit también.

Ha vuelto rotunda de cuerpo, terrenal y con la cabeza secamente hormigonada y unida a la tradición de su país. Le llevará y nos llevará tiempo volver a jugar con la sensualidad y dormir juntas varias noches a la semana.

Excavaré hasta encontrarla de nuevo, limpiaré su tosco caparazón, con guantes de seda retocaré su rubio, espantaré sus miedos y la haré reir.
Sibila

Speed dating

1ª pregunta suya: - ¿Te gusta el humor?

Yo inspiro hondo, proceso la pregunta para sacarle jugo y darle pie hacia Woody Allen, los Coen, Guille con Mafalda, Garfield, mientras voy quitándole la T-shirt, viéndome a horcajadas en el sofá, su pelo deforme pero sedoso y sexappeal hasta en las comisuras. Continuo humorada y sarcástica con Cabrera Infante y J.Heller en mi cerebelo, Faemino y Cansado tendrían un pase temporal en mi conversación –el humor seco no es mi preferido- . Le como los labios y me interrumpe:
2ª pregunta suya: - ¿Ves la hora de José Mota?

Yo saco un estilete, pincho el sofá que empieza a desinflarse con él sentado, casi sin ropa, ya sin aire extendido en el suelo lo enrollo con el idiota dentro. Perfecto paquetito para dejar en el contenedor de los plásticos con un post-it: listo para derretir, no contiene nada orgánico.

Sibila

Ring

Me abrirás la puerta, no puedes resistirte. Te comeré entero, te dejarás.
Cabiria

TDx

El césped artificial pincha, sí como una barba mal afilada pero sin lujuria.
Como no eres católico, ni rubio, ni moreno, no tendrás sentimiento de culpa y sí de felicidad.

S.

La mujer gimnástica

Practicar, ejercitar, cambiar, probar, usar, ejercer, explotar, emplear, mejorar, utilizar, aprovechar, desplegar, obrar.

La mujer ha alcanzado al varón: ya primero da su cuerpo, sólo a veces su nombre y a muy pocos su teléfono.
Sibila

Fuego

Turista, adulto, bronceado, camina de frente a mí por la misma acera estrecha. Atardece con soplo de aire muy cálido, él contonea sus caderas dentro de un lino claro.
Nos rozamos el brazo al coincidir, de sus labios carnosos me dice “Incendiaria”  y sonríe.
Dientes forrados de oro, no podía ser peor.
 

Sibila

Home appareils

Las mantas de sofá son tan agradecidas como el centrifugado de una lavadora. Las dos en el sofá, cuatro manos, cuatro piernas, dos finas hileras de pubis, dedos muchos. Postura uve, uve doble después.
Postura dos corchetes enfrentados sobre la lavadora, nerviosismo interior, latigazo eléctrico, empuje, empuje, velocidad, movimiento acompasado, empuje frontal, elevaciones verticales.
Sibila

BDSM

Trae las cintas rosas, las suaves deslizantes. Me quitarás los encajes.

Cabiria

Ávaros no

Viva el desprendimiento, abajo los tacaños y ávaros. Me basto yo para darme caprichos, pretendías así conquistar a una mujer? Echándole tu chaqueta por los hombros? Me sobra energía para tu escasa tentación masculina.

La speed dating de ayer fue de risa: feos, ansiosos, limitados, repeinados, depilados, sleepers, agujereados, fauna variada, mala vivencia en este zoo de necesidades urgentes y pocas resoluciones. Mientras el hábito sexual avanza y se desliga del amor, los sentimientos emocionales van lentos.
La ley va siempre por detrás de la realidad.

Sibila

Holidays 2

Me iré sola de vacaciones, a ver cuándo consigo cumplir un deseo: hacerlo en la cinta transportadora del scanner.  Y si fuera con el Jaenada, aún mejor.

Sibila

XX e XY

Nunca pensé tanto en la desigualdad social de género, pero las diferencias entre XX e XY son también mucho más mundanas.  Que las mujeres somos más en todo es indudable, sin embargo no estamos en más. Diferencia grande entre SER y ESTAR.

Es que Y me ha puesto filofemenina, las mujeres somos así, gregarias y felices. Ella recoge la casa como si yo no fuera de su mismo bando, se despoja de la ropa sin arrugarla, cocina si dejar rastro en las baldosas, usa diferentes paños según la calidad de la vajilla y airea la habitación tras abatidas noches. No la quiero por esto (o sí) pero me sorprende cómo las mujeres copiamos lo que vemos de nuestras madres, y los hombres nunca se fijaron en eso.
El hombre no mira, ve.
Algunos de los que probé solo quisieron ver lo momentáneo, hacerlo suyo con satisfacción y ya un cigarrito. A mi me gusta provocar y Y me castiga.

Sibila

Culos

Nadie presume de culo si no es grande.

Cabiria

Buenafuente

Me gusta Buenafuente, así de claro. Lo veo por la noche, del sofá a la cama. Imagino que le gusta quedarse con su camisa negra, desabrochada por completo y slip a juego que se quita él mismo. Yo no llevo nada bajo mi vestido de tirantes. Él elige subirme la falda, yo elijo encima. Sin gafas mira tratando de enfocarme, me recorre con su perilla y sus manos agarran mis dos mitades. Desde este ángulo elevado me veo con él, con el mismísimo Buenafuente en mi cama de dos por dos.
Sibila

Vie

Vive la vie!

Champán

Fíjate en la boca de la botella de champán: redondez placentera y suave. Y aún dices que lo peor de las fiestas es recoger?  A partir de ya desearás el día de después.

Sibila

Fakes

Fake orgasm es una peli interesante, preferí verla antes que a los 22 futbolistas que recorrían ayer las pantallas de todos los bares de la ciudad. De los ellos sólo me inspira su fuerza y su sudor. 
La película empieza con ganas, sonidos, gemidos y risas y poco a poco se encamina hacia una historia personal compleja de género y cuerpos. (lazlopearlman.com)
Recomiendo el inicio, eché hacia delante y atrás varias veces especialmente en los fakes de las mujeres -mucho mejor interpretados que los varones-, y me reí con ganas y hasta elegí las secuencias más gritonas para enchufarlas esos días en que viene el del contador del agua o el que repara la pintura de la fachada.

Elijo a la chica de piel de ébano y tul sobre la cara. La sola imaginación de su cuerpo liso, piernas largas, el latido en su cuello echado hacia atrás, sus labios y lengua rosas me hacen suspirar lentamente. Despacio le quito la falda y la yema de mis dedos se enredan en su liga, la camisa vaporosa cae desde sus hombros al suelo, no lleva nada más que su piel café, su carne es turgente y salientes sus pezones.
Sibila

B/N

Chocolate negro y blanco, uva blanca o negra, cuero blanco o negro, noche o día, polvos de arroz o labios carnosos, oro blanco o negro. Quien prueba negro no vuelve a blanco. ¿y  tú?

Cabiria

Más de Y

Y. se ha quedado a dormir, quería hablar. Creo que si yo fuera hombre ella estaría en su fase de maternidad.
Sibila

Elévame

A mi profesor de combat me lo me lo c-o-m-e-r-í-a y yo quiero ser su only girl in the world.
“Sigue, más, sigue, rueda conmigo, arriba, sube ahora, para. Expira y cuenta hasta tres antes de continuar. Quiero ver cómo empujas, un poco más, eleva la cadera, sigue y dámelo. Respira. Dame tus brazos, elévate. Rueda conmigo”.
Cabiria

En altura

Menos mal que lo insinuaste tú Yolanda: hacerlo en las gradas del pabellón con las luces encendidas sin más gente que el personal tardío de la limpieza con sus mopas suavizando el parquet. MMM

Tú tenías la espalda en el suelo, el sitio entre las filas 20 y 21 era espacioso pero no lo suficiente para nuestros movimientos. Yo arriba alcanzaba a ver el marcador con todas las luces de neón brillando.

Sibila

Wine

Enoturismo sexual: el poder del vino y del sexo juntos en las bodegas de diseño y hoteles temáticos, es la vinoterapia sexperiencial.  Las amenities incluyen crema corporal, perfumes dulces y resbaladizos aceites.
Alguien me puede dar pistas de las amenities del hotel Kadrit, Plaza Delicias, el Orús o el Holiday Inn o cualquiera de los de Plaza?

Dark sweetheart

Androstenol

Androstenol. Es irresistible repasar la lisura de su espalda sudorosa, salina en mi lengua amplia tan ancha como sé. El olor a almizcle de los hombres se me hace irresistible, igual que el color púrpura de su lanza.

Sibila