18 ene 2012

Látex

Tiene un soberbio escote que provoca imágenes eróticas desfilando ante mis ojos. He de sofocar la voz tumbada en la alfombra, ondeando mi espalda en silencio y en un ahhh!.
Prefiero la amplitud del suelo radiante a los choques contra el colchón de látex donde el esfuerzo por rebotar me enfada.
Mis piernas se curvan abiertas conmigo dentro, primero un dedo se desliza, luego otro más, saliva humedecida, un escalofrío me recorre. Casi no puedo ahogar mis ganas, he de cerrar las piernas y aguantar, contando de uno a cinco expirando suave, perdiéndome de mí.
Es atléticamente bella y su pulsión me gana en la salida.



Sibila

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