13 may 2012

Muuuuu

Claro que sé cómo son los cuernos, nunca los llegas a talar del todo. La crueldad de su artífice, su desfachatez y traición quedan enraizadas en la cabeza. Con el tiempo verme en el espejo con esos cuernecillos puede resultarme hasta identificativo, al menos yo me obligo.
Claro que soy mujer despechada y mis amantes lo saben, así que les queda la ardua tarea de conocer qué sentimientos albergo para ellos -si acaso me quedara algún resquicio- o todo lo que siento es necesidad descabezada.



Me reconozco en ese sufrimiento que surge de las dudas respecto de una persona a quien he hecho centro de mis preocupaciones, fabulaciones infinitas. Veo la mentira en su rostro y también en sus ausencias. Cuando está delante de mí el aire se impregna del aroma a chantaje.
Se me para la respiración, el poco oxígeno que recibo me hace enloquecer, y al minuto siguiente me creo las explicaciones de su boca sólo por mi propio bien, para no caer aún más en la locura.

Sibila

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