26 jul 2008

Max Barrena

Max, otra vez será. La próxima te comeré a ti, sé que te gustó mi laaaargo escote y la raya negra oriental de mi mirada. Fue divertido observarte, como era de esperar llegaste impoluto, el hielo del whisky te salpicó en la mejilla y dudabas si limpiarte con el dedo o coger una servilleta de papel, hiciste lo segundo.  Tomaste ademanes de hombre de negocios a la espera del gran contrato.
Tu vista buscaba una buenorra y la dejaste fija en la puerta, cuando aparecí tu ojos se sonrojaron y tu boca llenó de saliva, estoy en lo cierto?
Te susurré al oído y el pantalón se tensó, mantuviste la postura sentada cuando recogiste templada mi tarjeta con el teléfono anotado. Llama, lo agradecerás. Y si quieres pasarlo mejor aún, llámame con alguno de tus amigos.
Espero te mantengan su puesto en la Caja comarcal, no tienes edad para cambiar de trabajo ni cuerpo para seguir adulando. Y confío no tuvieras problemas al volver a casa y que tu mujer no notara olor femenino en tu camisa.
Sibila

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