Yo tejo las tramas más sencillas en sus escenas imaginadas durante las horas que ella debería haber compartido conmigo. Decenas de excusas a diario, mentiras, así mi agenda y la suya se complementaban llegando a dormir cuando yo ya me había secado de llorar como un cactus. Soy ya cactus y pinchos, espinas y carne sema.
No veo ni luna en la noche.
Sibila
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